El mercado de los seguros cibernéticos está atravesando un periodo de gran volatilidad, que afecta a las aseguradoras y a sus clientes en todo el mundo. La necesidad de una cobertura cibernética se desarrolló a finales de la década de 1990 en respuesta a la creciente digitalización de los servicios y la producción económica. Su puesta en marcha estuvo impulsada por la creciente necesidad de proteger a las empresas frente a las ciberamenazas, siempre en constante cambio. Dependiendo de la región, los mercados despegaron entre 2009 y 2014. Desde entonces, el sector ha experimentado un rápido crecimiento, adaptándose al cambiante panorama de la ciberseguridad y ofreciendo cobertura frente a toda una serie de riesgos digitales.
En los dos últimos años, los clientes que antes disfrutaban de la estabilidad de sus pólizas de ciberseguridad han visto aumentar drásticamente las tarifas, un fenómeno que no se limita a una sola región, sino que se trata de una tendencia mundial.
Puede que el panorama ya no sea tan sencillo, las subidas de tipos se han ralentizado sustancialmente en 2023 en comparación con 2022, aunque se mantiene la tendencia general hacia precios más altos y condiciones más estrictas. Las posiciones primarias y de bajo exceso se mantienen bastante estables, con algunas subidas de tipos de un solo dígito. Dentro del exceso se observa una tendencia más negativa a la baja de los tipos. La irrupción de nuevos operadores en el mercado cibernético también ha tenido su efecto. Al mismo tiempo, los proveedores de seguridad informática están haciendo sonar la alarma sobre la escalada del número de ataques de ransomware, que ya han superado a los existentes en 2022.
Los clientes atraviesan ahora un recorrido lleno de baches: lo que empezó siendo un mercado blando, con precios bajos y amplias condiciones, ha pasado por una etapa de rápido aumento de las primas y endurecimiento de las condiciones para entrar en la actualidad en una fase de mercado duro. Esto ha sido el resultado del aumento del número de empresas que buscan asegurarse al mismo tiempo que han evolucionado y se han intensificado los ataques de ransomware.
Creemos que estamos tan solo al principio de esta evolución del mercado y que en los próximos años seguiremos experimentando cambios drásticos en el sector, pero podemos hacer mucho para superar estos desafíos.
Una amenaza en constante evolución: preparación para el futuro de la ciberseguridad
El panorama de las amenazas a la ciberseguridad evoluciona constantemente y es cada vez más sofisticado. A medida que las mejoran las defensas, también lo hacen los ataques de los adversarios. En lugar de cifrar los datos de toda una empresa, los atacantes han intensificado sus tácticas y se han centrado en robar información confidencial y amenazar con publicarla en Internet. Este cambio en los patrones de ataque requiere una respuesta diferente por parte de las aseguradoras.
Una de las formas de capear las turbulencias del mercado cibernético es la capacidad de adaptación. Tanto las aseguradoras como los clientes deben mantenerse ágiles para responder a un panorama de amenazas en constante evolución. El sector de los seguros debe ajustar sus estrategias a medida que los atacantes de ransomware cambian sus tácticas.
Nuestro consejo más firme para nuestros clientes de ciberseguros es que inviertan en seguridad informática y en niveles de madurez de ciberseguridad, al tiempo que hacemos hincapié en los riesgos reales y crecientes del ámbito digital. Creemos que es esencial concienciar sobre estos riesgos y garantizar que nuestros clientes estén suficientemente protegidos frente a cualquier amenaza potencial. LSM cuenta con un equipo interno de ingeniería de riesgos especializado para asesorar a los clientes sobre las posibles medidas a tomar en caso necesario.
No podemos obviar que es ingenuo suponer que las defensas siempre van a ser eficaces al cien por cien. Prepararse para el futuro implica que las empresas realicen evaluaciones periódicas de su preparación y de las vulnerabilidades cibernéticas. Las empresas deben llevar a cabo evaluaciones de riesgos exhaustivas para calibrar su susceptibilidad frente a diversas ciberamenazas, bien se trate de cifrado completo o de robo de datos. Lo más importante que hay que tener en cuenta es que la preparación para estos incidentes no es un ejercicio aislado, sino un compromiso permanente para adaptarse a las estrategias en constante cambio de los autores de las amenazas.
El futuro es la experiencia, tanto en materia de ciberseguridad como en seguros
En respuesta a la constante evolución del panorama de las ciberamenazas, los productos de seguros también deben adaptarse. En la actualidad, muchas pólizas de ciberseguridad ofrecen un enfoque único, agrupando la cobertura de responsabilidad civil directa y de terceros. Sin embargo, los clientes pueden tener prioridades diferentes. Algunos pueden estar más preocupados por la interrupción del negocio, mientras que otros pueden temer las consecuencias legales de una filtración de datos. Adaptar los productos de seguros a las necesidades específicas de los clientes podría ser un paso importante hacia un mercado más estable y sostenible.
En un mercado en constante cambio, la experiencia y la estabilidad de las aseguradoras desempeñan un papel fundamental. Las aseguradoras con un historial probado y un compromiso con el mercado de los ciberseguros tendrán un papel vital. Las aseguradoras experimentadas ya han soportado las fluctuaciones del mercado y tienen los conocimientos históricos necesarios para distinguir entre el ruido del mercado y la verdadera volatilidad.
La volatilidad del mercado de los ciberseguros no es una mera cuestión de fluctuación de precios, sino que refleja la naturaleza dinámica de las propias ciberamenazas. Para operar con éxito en este panorama cambiante, las aseguradoras y los clientes deben tener capacidad de adaptación y ser receptivos a la evolución de las tácticas, así como estar abiertos a la adaptación de los productos de seguros a las necesidades individuales. Aunque los recientes cambios del mercado han planteado algunos desafíos, también ofrecen oportunidades de crecimiento e innovación. A medida que el mercado de los ciberseguros siga madurando, su capacidad para ofrecer soluciones eficaces a los clientes y gestionar los riesgos de forma efectiva será todavía más crucial.