En un año de elecciones globales y crecientes tensiones geopolíticas, el mercado de seguros de crédito comercial multicomprador (MBTC) podría estar al borde de un cambio significativo. Incluso teniendo en cuenta la pandemia de COVID-19 y sus repercusiones, el mercado de seguros de crédito comercial (TCI) se ha mantenido relativamente estable durante años, con niveles de reclamaciones bastante bajos. No obstante, algunos indicios sugieren que esto podría no durar mucho.
Frente a este panorama geopolítico cambiante y, en consecuencia, macroeconómico, el mercado está madurando, y las empresas buscan soluciones de MBTC cada vez más personalizadas y adaptadas a sus necesidades específicas.
Este panorama en evolución invita a un análisis más profundo tanto de las fuerzas en juego como de los cambios que están ocurriendo en el sector. De cara al futuro, ¿qué está impulsando la actual incertidumbre y cómo están contribuyendo las soluciones más personalizadas y flexibles a afrontar esta situación?
Incertidumbres en el horizonte del mercado MBTC
En la actualidad, el aumento del riesgo geopolítico sigue siendo un factor clave que afecta al comercio internacional, abarcando una variedad de desafíos que van desde disputas territoriales hasta incertidumbre política y sanciones. Estos riesgos tienen el potencial de perturbar las cadenas de suministro y afectar a la estabilidad del mercado, complicando las transacciones financieras transfronterizas.
Las próximas elecciones en EE. UU. son un recordatorio oportuno del papel crucial que el liderazgo político puede desempeñar en generar incertidumbre en los mercados. Si el expresidente Donald Trump vuelve al poder, por ejemplo, esto podría tener un impacto inevitable en cadena sobre el comercio internacional. El mandato anterior de Trump estuvo marcado por cambios significativos en la política comercial, como la imposición de aranceles a productos chinos y la renegociación de acuerdos comerciales. Dado que los aranceles y otras medidas proteccionistas tienen el potencial de generar una gran volatilidad, existe la posibilidad de que se reaviven las tensiones comerciales y la inestabilidad en los mercados.
Del mismo modo, en la región Asia-Pacífico, los cambios en la dinámica no solo afectarían la estabilidad regional, sino que también tendrían un profundo impacto en las cadenas de suministro globales, especialmente en el sector tecnológico. Dado que la región es un importante productor de semiconductores, cualquier interrupción en las capacidades de producción podría agravar la ya prolongada escasez mundial de chips. Esto, a su vez, podría afectar a una multitud de industrias que dependen de estos componentes, desde el sector de la automoción hasta la electrónica de consumo, entre otros.
A las tensiones geopolíticas se suma la creciente preocupación del mercado por las deudas generadas durante la era del COVID, ya que muchas empresas, especialmente aquellas con perfiles de crédito más débiles, se enfrentarán a importantes vencimientos de deuda en 2025/26. Junto con el entorno de mayor riesgo, el vencimiento de estas deudas podría generar una gran inestabilidad para estas empresas, lo que potencialmente desencadenaría una ola de reclamaciones en el mercado de seguros de crédito comercial (TCI).
Soluciones para un mundo volátil
Tanto los corredores como los asegurados deben reconocer que, aunque el mercado de seguros de crédito comercial (TCI) ha evitado caídas severas en su historia reciente, pronto podría enfrentar un cambio hacia un entorno de mercado más difícil. A medida que las empresas acostumbradas a condiciones favorables se enfrentan a nuevos desafíos, las aseguradoras deben mantener un profundo conocimiento de sus necesidades para ofrecer no solo resistencia, sino también soluciones personalizadas que se adapten a sus riesgos únicos en un panorama mundial cada vez más complejo.
En este contexto, las soluciones personalizadas de MBTC están ganando cada vez mayor importancia. Diseñadas para abordar los perfiles de riesgo y contextos operativos específicos de cada organización, estas soluciones comienzan con una evaluación integral de riesgos, analizando la salud financiera, el riesgo de crédito y las vulnerabilidades operativas particulares de la empresa. Esto implica analizar la base de clientes de la empresa, el sector industrial y la exposición geográfica, por ejemplo, para identificar posibles riesgos. Al adaptar continuamente las pólizas para responder a riesgos actuales y emergentes, las aseguradoras pueden ofrecer una cobertura más sólida y con mayor capacidad de respuesta en un mundo impredecible.
A partir de la evaluación de riesgos, las aseguradoras pueden crear planes de cobertura personalizados que respondan a las necesidades específicas de la empresa. Esto podría implicar establecer límites de crédito específicos, incluir o excluir ciertos riesgos, y ofrecer términos y condiciones flexibles que se ajusten a las necesidades operativas de la empresa.
En respuesta al aumento de la complejidad y magnitud de los riesgos corporativos, la sindicación y el coaseguro están volviéndose más comunes, incluso fuera del Reino Unido. Esta tendencia es especialmente notable en los grandes programas de compra de cuentas por cobrar (AR) de empresas y bancos más lejanos, en Europa, Norteamérica y Asia, e implica repartir el riesgo entre varias aseguradoras, lo que permite una mayor capacidad y estabilidad.
Al contar con varias aseguradoras en un programa, las empresas pueden asegurar líneas de mayor tamaño y mitigar el impacto de posibles reducciones de capacidad por parte de cualquier aseguradora individual.
En última instancia, a medida que el mercado siga evolucionando, la capacidad de ofrecer soluciones personalizadas será un elemento clave de diferenciación para las principales aseguradoras, permitiéndoles satisfacer de manera efectiva las diversas necesidades de sus clientes. En un mundo incierto, las aseguradoras pueden aportar certidumbre y aservir de amortiguador frente a las sacudidas de la economía global.